En realidad, siempre me fascinó la lectura de las cartas pero nunca pensé que yo pudiera hacerlo, hasta que alguien me sugirió que aprendiera a leer el Tarot.
Mi pensamiento fue: nunca lo voy a conseguir, pero de todas formas compré ese mismo día un mazo de Rider Waite.
Intenté «leerme» el futuro y no ví absolutamente nada. Se lo comenté a una amiga que se dedica a eso y le pedí que me enseñara.